¿Con qué debería jugar mi hijo?

Ser padre hoy día no es fácil. A las tareas propias del cuidado de nuestro hijo debemos añadirle su tiempo de ocio: ¿debo preocuparme por sus juguetes? ¿en qué momento jugar en la calle y en qué momento jugar en casa? ¿cuándo es un buen momento para considerar las bicis para niños? Cada jovencito es un mundo, pero con la finalidad de guiaros en la difícil tarea de criar a un hijo, os indicamos algunas pautas para considerar con qué debería jugar nuestro hijo.

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Considera su carácter

Hay niños que son puro nervio y otros en cambio que son un remanso de paz y se pueden llevar horas y horas sin apenas “dar la lata”.

En ocasiones, sobre todo en el primer caso, caemos en el error de querer cambiar su modo de actuar o su actitud ante el ocio, sin reparar en que cada niño tiene sus propias necesidades y pretender que alguien hiperactivo permanezca quieto, no sólo puede afectar a prácticas como la del sueño, sino causarle problemas como ansiedad.

Si tu hijo es de los que necesitan movimiento, introdúcelo de forma temprana en la práctica deportiva, no sólo se mantendrá entretenido sino que cultivará una afición saludable y social.

Si tu hijo es de carácter pausado y tranquilo no descartes introducirlo en la práctica del deporte igualmente, pero si le supone un “auténtico calvario”, no lo fuerces y considera otros elementos de entretenimiento como juguetes, libros etc. Eso sí, siempre que puedas evitarlo, prohibida la televisión.   

 

Siempre existe una opción educativa

Educacional no es sinónimo de aburrido al igual que videojuego no es sinónimo de violencia. Por ello, si tu hijo muestra interés por ciertos juegos frente a otros (consolas, juegos de mesa, puzles, etc.) procura siempre seleccionar aquella variante que le resulte más educativa.

Por ejemplo, si le gustan los rompecabezas, elije aquellos que muestren mapas u obras de arte por ejemplo antes que simples ilustraciones de dibujos animados.

 

No estigmatices las nuevas tecnologías

Siempre teniendo cuidado con aquello que pueda dañarle (pantallas muy luminosas, objetos de pequeño tamaño etc.) no tenemos por qué temer a que nuestro hijo descubra en edad temprana nuevas tecnologías como el uso de tablets, videojuegos, móviles etc. siempre y cuando les aporte algún valor.

Actualmente es inevitable negar que nos encontramos en una sociedad 2.0, por ello, cuanto antes se acostumbren a un entorno tecnológico y digital, mejor se desenvolverán en lo que va a ser una práctica cotidiana unos años más adelante.

 

Potencia sus talentos

Volvemos a la idea inicial: si nuestro hijo derrocha energía, procuremos que se invierta para aquello que le aporte valor y no que le reste. Si ha demostrado destreza con el balón debemos pensar que mucho mejor que pase horas y horas “dándole patadas” que frente al televisor.

Esas horas y horas que nos gustaría que pasara leyendo no están mal invertidas si conseguimos que tome el aire, haga ejercicio y quien sabe… en un futuro se convierta en todo un talento futbolístico.

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