DECIRLE “NO” A TU BEBE DE LA MANERA ADECUADA

¡Prepárame!

Tu bebé te está diciendo que es sensible a los cambios. Las situaciones angustiantes pueden suavizarse si se recuerda que debe prepararse al bebé para los cambios. Por ejemplo, tu hijo está jugando con un juguete y de improviso tú se lo quitas y metes al niño a la bañera. El resultado puede ser un estruendoso llanto o un acceso de mal genio. Una persona cuidadosa maneja la situación de manera que se haga un cambio suave de una actividad a otra.

Tu puedes entrar en el juego con tu hijo y su juguete por cerca de un minuto. En esta forma orienta tu atención hacia ti, hacia tu voz y tu cara. Después, llévalo lentamente al baño a medida que le hablas de él. A veces, cuando la niñera está cansada y agotada, se siente más inclinada a hacer las cosas apresuradamente.

Las interrupciones muy bruscas de la tranquilidad del bebé pueden crearle temores y miedos y hacer de él una persona ansiosa e irascible. Prepara  tul bebé hablándole constantemente de lo que está haciendo. Avísale en alguna forma cuándo va a cambiar de actividad. Esto también es importante para niños mayores. “Juguemos unos minutos más. Luego será la hora del baño”. Tú puedes eliminar los elementos sorpresivos.

Evite preguntarle al bebé que ya comienza a caminar, ¿Quieres hacer esto? Lo más probable es que él diga que no. En lugar de ello, háblale acerca de lo que va a pasar: “vamos a comer y luego haremos una siesta”. Maneje los cambios de una manera suave y delicada.

Las situaciones angustiantes y frustrantes se pueden reducir actuando inteligentemente.

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¡No! ¡No!

Tu bebé te habla en forma negativa. Esta época puede ser muy difícil para ti, pero es algo natural en todos los niños. Es la edad del “no quiero ayuda”. Esa es la manera en que tu bebé le dice: “Estoy creciendo. Me interesa decidir lo que quiero hacer”. Quizás a ti te parezca que el bebé se está volviendo terco y que es difícil vivir con él. Tal vez pienses que esa actitud “negativa” está dirigida hacia ti y que tú no se ha desempeñado bien en el cuidado de tu hijo. Eso no es cierto y aprender a manejar esta situación es una prueba de tu paciencia. Por lo regular ese comportamiento del niño aparece durante el segundo año y puede prolongarse por seis u ocho meses.

¡Simplemente, tu no puede permitir que tu bebé controle el hogar! Una forma adecuada de comportarse, puede ser diciéndole cordialmente al niño: “Yo no puedo permitir que hagas esto” o “Debes hacerlo”. (Si se trata de una cosa de poca importancia, está bien permitir que tu niño se salga con la tuya ocasionalmente). Algunas veces puedes distraerlo de esta conducta negativa cambiando de actividad. Se puede recurrir siempre  a algo que distraiga al niño, una persona inteligente aprende a entender el comportamiento del bebé y a manejarlo adecuadamente.

No tantos: “No hagas”.

Ahora que tu bebé está proyectando otra dimensión no se le debe permitir que haga todo lo que desee, sin embargo tampoco se le puede abrumar con muchos “no” y “no lo hagas”. Hay que enseñarle el significado del “no” suave y amablemente, pero decir constantemente “No, no lo hagas”, o “Te dije que pararas”, no permitirá que tu bebé explore nuevos aspectos de su mundo.

Si a tu niño se le impide explorar, su desarrollo se limitará. ¡Tu bebé no puede desarrollarse íntegra y totalmente si se le interpone una montaña de limitaciones! Se le debe dar libertad de actuar. Las limitaciones estrictas también pueden inhibir el aprendizaje. Además, el niño se volverá irritable, malhumorado, sentirá que no lo aceptan como es y por lo tanto disminuirá la estimación de sí mismo. Algunas de las limitaciones pueden quitarse eliminando el objeto peligroso. Otras pueden reducirse arrullando, cantando, mirando dibujos, o desplazando la atención de tu bebé hacia otra actividad.

Un “no” o “no lo hagas” dicho oportunamente puede ser más productivo cuando se usa pocas veces. Tu no puedes satisfacer todos los caprichos de tu bebé. Lo que se necesita es actuar amable pero firmemente, de manera que el “no” no pueda llegar a desencadenar sentimientos negativos. De un año en adelante, lo mejor que se puede hacer es  permitir que el niño corra ciertos riesgos calculados. Es difícil para un padre mantenerse impasible, pero hay que hacer el esfuerzo de sonreír y apoyarlo, será lo mejor.

Con el fin de desarrollar al máximo su potencial, el bebé necesita un ambiente que lo apoye y dé calor.

No me permitas hacer todo.

Tu niño de un año te habla, su voz es infantil, pero habla ruidosamente. Quizás tu estés confundida sobre cómo debe ser la disciplina. Has oído comentarios acerca de la rigidez con que fueron educados muchos triunfadores. Has visto padres  que dejan hacer a tus hijos lo que quieren. Puedes verdaderamente estar confundido sobre lo que debe hacer.

Los padres sensibles buscan lograr un control firme, suavizándolo con amabilidad y cordialidad. El niño a partir del año tiene suficiente capacidad para comprender qué puede y qué no puede hacer. Si tu eres amable pero firme, tu bebé se sentirá más seguro. Cuando la firmeza tiene en cuenta las necesidades reales del niño será de gran ayuda para su desarrollo.

También es importante la consistencia, es decir ser constante en aprobar o desaprobar algo. Tus sentimientos y los del bebé cambian, y esto hace difícil ser enteramente consistente. Entre más lo seas tu en el trato diario de tu bebé más fácil será tu tarea.

Tu hogar será feliz y la vida con tu niño más placentera. Controlar amablemente a tu bebé servirá de base para el desarrollo posterior del autocontrol. No temas amenazar con esto la curiosidad de tu niño. Esto no asfixiará tu creatividad. La atmósfera creada por la amabilidad y la gentileza, junto con un control firme, le proporcionará tanto al niño como a ti, un medio ambiente placentero para vivir. El aprendizaje del bebé será más fácil en un medio ambiente donde el control se combina con la amabilidad y la cordialidad.

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