Diferencia entre las mentiras y fantasías de los niños
Durante los primeros años de vida, nuestros hijos empiezan a adquirir habilidades, virtudes y en gran parte de su niñez van desarrollando su imaginación, convirtiéndose en su mayor entretenimiento, pero ¿Qué sucede cuando nuestros hijos comienzan a exagerar la realidad? ¿Se puede considerar como mentira o no es de importancia?
Para muchos especialistas en psicología infantil este tipo de comportamiento es parte de su edad, la honestidad es una de las virtudes que se arraiga con mayor facilidad si se enseña hasta antes de llegar a los 8 años de edad. Al inicio puede no ser una virtud para nuestro hijo, quizás solo se vea reflejado como una costumbre, pero le dará ventaja que con el tiempo será natural y comprenderá que es una valiosa virtud en la vida.
Reconocer una mentira de una fantasía
Hasta la edad de 6 años los niños tienden a confundir la realidad con la fantasía, exagerando o inventando algo que nunca sucedió sin ser explícitamente una mentira (un ejemplo muy conocido son los clásicos amigos imaginarios), lo correcto sería conversar con nuestro hijo y explicarle las diferencias que existen pero sin quitarles la libertad de seguir soñando utilizando su imaginación. Con constantes conversaciones se puede lograr un gran avance, donde nuestro niño irá creciendo y desarrollando la honestidad.
Si por el contrario, siente que su hijo ha empezado a mentir para conseguir algún beneficio, se debe prestar mayor atención al problema ya que con el tiempo puede convertirse en una costumbre que puede llegar a extremos, lo recomendable es conversar con él y ser muy paciente.
En algunos casos los niños toman la costumbre de mentir con frecuencia sin saber qué es exactamente una mentira, muchas de estas acciones son resultado de comportamientos que ven dentro de casa y para lograr un verdadero cambio por parte de su hijo, es necesario que los padres empiecen a dar el ejemplo.
Cuando se confunde la mentira con una situación fuerte
A veces los padres tenemos tantas obligaciones en la cabeza que no damos importancia a ciertos comentarios de nuestros hijos pensando que todo es parte de su imaginación, pero es fundamental prestarles atención y escuchar atentamente lo que nos dicen, especialmente si nuestro hijo empieza a presentar cambios de conducta. Si nuestro niño nos relata sobre alguna situación incómoda o que lo haga sentir triste probablemente sea verdad, en estos casos lo primordial es mantener un canal abierto para que ellos sientan la confianza de contarnos todo lo que les ocurre durante el día.
Si bien es conocido que los niños tienen una gran imaginación, como padres debemos aprender a reconocer los cambios de humor en nuestros hijos y saber orientarlos, aún son pequeños y necesitan del respaldo y sabiduría de sus padres para encontrar el camino hacia lo que es correcto, lo ideal es siempre mantener la comunicación y confianza, pues serán las mejores herramientas para solucionar todos los problemas.