El arte de decidir y como enserenárselo a tu hijo
Cuando el niño empieza a hablar, a decir sus primeras frases completas, las madres y las personas allegadas reciben el hecho con mucha alegría y no es para menos.
Ahora el niño puede comunicarse con los demás a través de esta nueva herramienta y por lo general la usa todo el tiempo y a toda hora. Habla mientras juega, repite lo que los otros hablan, en ocasiones pide cosas sólo por el placer de ensayar su nueva habilidad y no porque las quiera realmente.
El lenguaje sirve al niño para mucho más de lo que pensamos. Además de ser útil para hacerse entender, el lenguaje sirve para aprender y lo que es más importante aún, le sirve para pensar; muchas veces se habrá descubierto usted mismo “pensando en voz alta” ¿No es cierto? A usted esto le sucede sólo algunas veces porque ya aprendió a usar su lenguaje interiormente.
El niño necesita aprender primero a usar su lenguaje para organizar sus acciones, solucionar un problema, guiar su comportamiento paso a paso, y después necesita aprender a usar este lenguaje interior. Esto va a ser muy útil para él y usted puede ayudarle a lograrlo.
Ayuda a tu hijo a pensar
Con frecuencia tenemos que hacer actividades complejas que deben realizarse por pasos ordenados, pues de lo contrario no resultan, por ejemplo manejar, cocinar, escribir, etc. Cuando estamos aprendiendo a hacer esto necesitamos un plan de ideas que guíen cada paso. Enséñale a tu hijo a pensar cuando tenga que hacer algo complejo; dile en voz alta cada uno de los pasos anticipadamente, realízalos con el niño y di el próximo paso que debe seguir. Puedes decir por ejemplo: vamos a dibujar una persona, primero pintamos la cabeza (el niño la pinta con su ayuda o solo); muy bien, ahora pintemos los ojos, y así hasta completar el dibujo.
Cuando hayas logrado que el niño siga las instrucciones que le das, pídele que él mismo vaya mencionando los pasos. Con el tiempo el niño no necesitará que lo estimulen: él irá repitiéndose las órdenes a sí mismo, al comienzo en voz alta y luego lo hará con su lenguaje interior. Cuando le enseñes esto para algunas actividades, él lo utilizará para muchas otras que no le has enseñado.
Solucionar sus problemas y tomar sus decisiones.
Cuando tenemos un problema, es decir una situación ante la cual no sabemos cuál es la mejor forma de actuar, se nos invita a “pensar antes de obrar”, nos dicen o nos decimos “debes pensar esto con mucho cuidado”. Es más probable que uno piense cuándo nuestros hábitos, destrezas y rutinas resulten inadecuados para la situación que tenemos al frente. En estos casos debemos buscar nuevas formas de solucionar el problema. Por lo general el niño pequeño cuando tiene hambre pide comida, ¿pero qué pasa si no hay quién pueda dársela?
El pensará una solución y tal vez traiga una silla para treparse a alcanzar la cesta de frutas. El niño encontró una nueva manera de solucionar el problema, seguramente a él se le ocurrieron muchas cosas, llorar muy fuerte para que lo escuchen, llamar a la abuela por teléfono y de todas las soluciones posibles él eligió una. Esto que a los adultos nos parece tan fácil, no lo es para el niño, él necesita aprender a tomar la mejor decisión, a solucionar su problema de la mejor manera y tú puedes ayudar a que él aprenda a encontrarla.
¿Qué debo hacer?
Hay reglas prácticas que pueden ayudar para la solución de un problema. Si estos pasos se siguen, será mucho más fácil tomar una decisión y después ya no será necesario pensar en ellos: sin darnos cuenta ante cada situación nueva, seguiremos estos pasos.
Este ejercicio te servirá tanto a ti como tu niño, para solucionar los problemas:
- Comprender el problema: antes de resolverlo es necesario asegurarse primero que el niño comprende el problema. Que sabe qué es lo que se le pide, qué resultado se espera de él. Una vez aclarado un problema, es buena práctica pedirle al niño que lo diga en voz alta para ver si lo entendió correctamente.
- Recordar el problema: a medida que se van pensando posibles soluciones, es necesario tener claro el problema en la mente pues de lo contrario podemos olvidarlo. Cada cierto tiempo pídele al niño que lo recuerde.
¿Qué es lo que intentamos hacer?
- Buscar las posibles soluciones: siempre hay varias maneras de solucionar un problema. Se trata de no anotarse a una sola forma, sino de pensar en varias opciones. Haga que el niño las busque y ayúdele a hacerlo.
- Evaluar: cada solución pensada debe ser evaluada. Si hago esto las ventajas serían estas y los problemas estos. Aquella solución que tenga más ventajas y menos desventajas debe ser la preferida. Entonces más tarde, haga la prueba y es muy posible que usted haya tomado la mejor decisión.