Importancia de la lactancia materna para un recién nacido
Sabías que los bebés son unos de los seres más vulnerables que existen entre las especies vivientes? Así es. Una gran cantidad de seres tienen mayor probabilidad de subsistir pese a que queden desprovistos de sus progenitores, incluso fuera de la protección de su misma especie. Pero, en el caso de los seres humanos esas posibilidades de supervivencia, los primeros meses de vida, son casi nulas.
Los bebés al nacer presentan un primer impacto traumático, el riesgo a perecer es elevado, por lo tanto, se hace crucial los cuidados en esa etapa. Buena parte de sus órganos deben completar el debido desarrollo, lo que depende en gran medida de la alimentación que reciba. Afortunadamente, la madre está provista a través de su propio organismo para suministrar al pequeño lo suficiente para que ese ciclo de formación se lleve a cabo de la forma más exitosa posible.
Asimismo, la lactancia materna cumple una función protectora, proporcionándole al niño no solo los nutrientes necesarios sino también fortaleciendo su sistema inmune. Esto significa, que un bebé alimentado con leche de la madre estará menos propenso a enfermarse. Este beneficio, además, no es transitorio, ese poder de luchar contra virus, bacterias y otros agentes externos, le acompañarán durante buena parte de la vida.
Si bien existen fórmulas lácteas que emulan los componentes de la leche materna, e incluso favorecen de manera similar, no siempre son confiables para todos los casos. Hay niños en los cuales el uso de las mismas resulta contraproducente, haciendo que desarrollen alergias, intolerancias y, en algunos casos, el perjuicio afecte a uno o varios órganos. Si se detecta a tiempo el daño puede repararse, pero de no ser así, el problema seguramente llegará a ser irreversible.
Por otra parte, nos encontramos con el factor emocional, esa conexión insustituible que se logra entre la madre y el hijo al efectuar el acto de amamantar es totalmente admirable. El chico baja el nivel de estrés que le afecta por enfrentarse a un mundo que desconoce y en donde hasta el más mínimo ruido lo suele asociar a un peligro inminente. Sin embargo, hay quienes aseguran que durante la alimentación a través del pecho, experimenta un sosiego pleno.
En definitiva, la lactancia materna es como un banco en donde se puede ahorrar una cuantiosa cantidad de beneficios, que el bebé aprovecha en cada instante que la toma, y después de finalizar dicha etapa, quedará gozando de una especie de regalías por el resto de sus días, por lo que es un gesto que agradecerán por siempre.