Nutrición para los pequeños de la casa: ¿cómo educar en buenos hábitos?
Mucho se habla de nutrición últimamente. Podemos encontrarnos muchos ejemplos que van desde la sabiduría popular hasta los recomendables consejos de profesionales médicos y nutricionistas que desmontan mitos y montan estilos de vida saludable más allá que el patrocinado por marcas cuya finalidad es únicamente el consumo de X producto.
La red está copada de blogs como el de Rosa Gorgues Rosset donde gente anónima da su perspectiva sobre temas candentes desde un prisma no aleccionador, pero sí recomendable, desde el conocimiento de la profesión… Y es en estos blogs donde encontramos un debate que se ha convertido en el foco de las miradas en temas de nutrición tras el último informe de la OMS: la nutrición infantil.
Según datos de esta organización, 17,6 millones de niños menores de 5 años sufren obesidad. En el caso de nuestro país, un 43% de los niños de entre 6 y 9 años padecen sobrepeso. Un problema que no parece afectar a padres que alegan que un niño bien alimentado es un niño feliz.
Imagen: pxhere
Consecuencias de una mala nutrición infantil
Lo que estos padres ignoran es que los hábitos que creamos a nuestros hijos en edad de crecimiento serán los hábitos que lleven en una vida adulta. Además, el sobrepeso puede derivar en problemas de salud como dolencias cardiovasculares y cerebrovasculares, la diabetes o la hipertensión entre otras enfermedades.
Por ello, no está de más que en ocasiones especiales, le demos a nuestros hijos un dulce o dejemos que aplique kétchup a alguna comida, pero convertirlo en hábito, naturalizarlo, puede suponerle que lo considere “alimento” y lo priorice frente a otras comidas, creándole dependencia. ¿Cómo conseguir que coman adecuadamente?
Consejos para crear buenos hábitos alimenticios en los niños
Cómo trasmitimos los valores de una alimentación sana es vital para que nuestros hijos la asuman. Para ello, lo primero es desmitificarles que hay “alimentos buenos y malos”. Los alimentos son eso mismo, por ello no debemos fomentar el rechazo a ciertas verduras, por ejemplo, presentándolas como un castigo o premiando con dulces.
Por otra parte, debemos predicar con el ejemplo, y procurar siempre comer con ellos delante y con los mismos alimentos que pretendemos que consuman, lo cual conlleva que nosotros mismos nos apliquemos hábitos de alimentación saludables.
Por último, huyamos de los productos “mi primer…”, aplicado a yogures, cacaos, etc. La finalidad de estos productos no es ofrecer una alternativa saludable a los más pequeños, sino crearles el hábito de comenzar a consumir azúcares y otros componentes nutricionales nocivos. Una buena alternativa si no queremos privarlos de ciertos dulces es optar por la versión natural, como el cacao puro en polvo en vez de la versión con más de un 50% de azúcar que ofrecen los productos industriales.