PSICOLOGIA PARA NIÑOS
Parece ser cierto que cualquiera que viva en una gran ciudad debería visitar a un psicólogo de manera habitual. Son muchos los factores que dan lugar a una crisis en nuestra personalidad y así con la visita a un profesional podremos entendernos mejor, nos ayuda a mejorar nuestro estilo de vida.
Si esta es la realidad de los adultos la de los más pequeños es que viven en un periodo rápido de crecimiento y desarrollo que los puede hacer tambalearse frente a la estabilidad de los adultos. A los cambios físicos propios de la maduración hay que sumar los cambios sociales, cognitivos y de comportamiento que repercuten en la psicopatología infantil.
Un psicólogo infantil es experto en la comprensión de los procesos y acciones de los niños y las interpreta para conducir el tratamiento de salud mental adecuada y necesitará un grado de maestría o doctorado con formación complementaria en salud mental de los niños.
Al aprender psicología infantil se estudian las teorías cognitivas que centran el estudio en el desarrollo del proceso del pensamiento. Hay libros introductorios con diferentes niveles académicos que pueden ayudar a entrar en el mundo de la psicología.
Son mucho los factores que pueden alterar la salud mental de los niños como puede ser: muerte de un familiar, cambio de colegio, barrio o ciudad, etc. Esto puede provocar miedo, ansiedad e incluso depresión.
Un tema muy de moda, por desgracia en la actualidad, es el del acoso escolar o también llamado bullying . Esta situación de maltrato mantenida en el tiempo pueda llevar al peor desenlace ya que la autoestima del acosado se ve menoscabada mientras que el agresor se siente reforzado en su autoridad. El acoso escolar es una práctica que está produciendo una gran preocupación en nuestra sociedad ya que los casos van en claro aumento al igual que el número de suicidios en edades tempranas. Detectar el problema cuanto antes y poner al menor en manos de un profesional de la psicología infantil para que realice un buen diagnostico hará que el niño reduzca la sintomatología que pueda presentar y supere la situación sin graves consecuencias para su vida posterior.
Lo ideal sería trabajar no solo de forma terapéutica sino también desde la prevención para potenciar los recursos resilientes del niño y de la estructura familiar a la que pertenece.
El psicólogo generalmente trabaja con la ayuda de los padres y la familia para aplicar un sistema de tratamiento que abarca todos los aspectos de la vida del niño y la gente que lo rodea.